lunes, 17 de marzo de 2014

Tema 4



TEMA IV
ESPAÑA EN EL SIGLO XIX
1.    La crisis del Antiguo Régimen:
a.    La monarquía de Carlos IV: al morir Carlos III; le sucedió en el trono su hijo Carlos IV. Poco después estalló la Revolución francesa, y tras la ejecución de Luis XVI, España declaró la guerra a Francia. Godoy firmó la Paz de Basilea, que llevó a la alianza a Francia contra Gran Bretaña. Más tarde se dio la derrota de la flota hispano francesa en la batalla de Trafalgar y la firma del Tratado de Fontainebleau, que autorizó al ejército napoleónico a invadir Portugal atravesando el territorio español. Esta decisión desencadeno el motín de Aranjuez, tras el que Godoy fue obligado a dimitir y Carlos IV tuvo que abdicar en su hijo Fernando VII. Napoleón aprovecho la rivalidad y les hizo firmar las abdicaciones de Bayona, renunciaron al trono, el nombramiento como rey de España de José Bonaparte, hermano de Napoleón.
b.    La Guerra de la Independencia (1808-1814): la entrada de tropas francesas originó un levantamiento popular en Madrid el 2 de mayo de 1808, que provocó una sublevación general que derivó en la Guerra de la Independencia. Ante la ausencia del monarca, se formaron juntas de defensa encargadas de organizar la resistencia. Los sublevados lograron derrotar a los franceses en la batalla de Bailén, algunas ciudades como Zaragoza y Gerona se negaron a ser ocupadas. Pero la superioridad militar del invasor decantaron la contienda del lado francés. En 1812 se produjo un cambio decisivo. Napoleón permitió a los españoles vencen en las batallas de Arapiles, Vitoria y San Marcial. Por el Tratado de Valencay, Napoleón reconoció a Fernando VII como rey.
c.    Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812: José I contó con un escaso apoyo entre los españoles. Como consecuencia, en el país se vivió un vacío de poder en el que la Junta Suprema Central se convirtió en la institución que asumió la legitimidad política. En 1810, la Junta hubo de trasladarse a Cádiz, única ciudad no ocupada por los franceses. Allí convocó la reunión de las Cortes. Las sesiones comenzaron en 1810, y las Cortes se autoproclamaron representantes legítimas de la nación española. La presencia de mayoría de diputados liberales, provocó que las Cortes adquirieran un componente revolucionario, en el que se planteó acabar con el Antiguo Régimen. Tras dos años de sesiones, el 19 de marzo de 1812 las Cortes aprobaron la primera Constitución española. Los principios fundamentales son que se proclamó la soberanía nacional, se estableció la división de poderes, el sufragio universal masculino y la igualdad ante la ley, con ellos se suprimía la monarquía absoluta. La labor de las Cortes fue completada con otras leyes y decretos, se suprimieron la Inquisición, los señoríos y los gremios, y se proclamó la libertad de industria y comercio. Todo ello significaba el fin efectivo del Antiguo Régimen, si bien la ocupación francesa impidió que las resoluciones de las Cortes fueran aplicadas en el territorio español.
2.    La resistencia absolutista:
a.    La restauración de la monarquía absoluta: finalizada al Guerra de la Independencia, Fernando VII regresó a España en el año 1814. Los liberales esperaban que el soberano jurase la Constitución pero los partidarios del Antiguo Régimen lograron que el monarca restaurase la monarquía absoluta. Se inició así el llamado sexenio absolutista (1814-1820) durante el cual fueron establecidas las instituciones del Antiguo Régimen. Los liberales fueron perseguidos. A pesar de la represión, los liberales organizaron diversas conspiraciones conocidas como pronunciamientos, para restablecer el liberalismo. En 1820 triunfó la sublevación del teniente coronel Riego, quien proclamó la Constitución de Cádiz en las Cabezas de San Juan (Sevilla) y obligó a Fernando VII a acatar la Constitución.
                                          i.    Pronunciamiento: alzamiento militar para cambiar el rumbo político sin instaurar un Gobierno compuesto por militares.
b.    El trienio liberal: con el pronunciamiento de Riego dio comienzo un período de tres años de gobierno de los liberales que restablecieron la Constitución de 1812. No obstante, Fernando VII no veía con simpatías el régimen constitucional y pronto empezó a conspirar contra él, incluso solicitando en secreto ayuda a las potencias europeas para restablecer la monarquía absoluta. En el Congreso de Verona se decidió la intervención militar de la Santa Alianza en España, y en 1823 un ejército francés dirigido por el duque de Angulema, los llamados Cien Mil Hijos de San Luis, penetró en España derrotó a los liberales y restableció a Fernando VII como rey absoluto poniendo fin así al trienio liberal.
c.    El fin del absolutismo: la restauración del absolutismo dio paso a un período conocido como década ominosa (1823-1833). La monarquía llevó a cabo una severa represión contra el liberalismo y suprimió la obra legislativa del trienio liberal. Además, la situación económica era muy difícil, pues la guerra contra Napoleón había provocado la bancarrota de la Real Hacienda, privada de los ingresos procedentes de América tras proclamarse la independencia de las colonias españolas. No obstante los sectores más radicales comenzaron a apoyar a Carlos María Isidro, hermano del monarca y posible heredero. Ello dio origen a un conflicto sucesorio, pues el rey había tenido solo hijas y la ley sálica impedía a las mujeres reinar en el país. Gravemente enfermo Fernando VII anuló la ly sálica mediante la Pragmática Sanción, por la que concedió el derecho sucesorio a su hija Isabel. En 1833 falleció Fernando VII, e Isabel, menor de edad, fue proclamada reina de España. La regencia fue asumida por su madre María Cristina que inmediatamente tuvo que afrontar la oposición de los partidarios del infante Carlos, denominados carlistas. La necesidad de la regente de encontrar apoyos la obligaría a buscar la alianza con los liberales a cambio de atender sus reivindicaciones políticas.
3.    La construcción del Estado liberal:
a.    La Primera Guerra Carlista: al morir Fernando VII (1833), su esposa María Cristina asumió la regencia del país ya que su hija y sucesora Isabel II, era menor de edad. Para defender el trono frente a las pretensiones de don Carlos, hermano del rey María Cristina recurrió al apoyo de los liberales, lo que provocó la Primera Guerra Carlista. El carlismo era un movimiento diverso que luchó en defensa de la monarquía absoluta. Su ideología quedaba resumida en el lema “Dios, patria, rey”. El carlismo adquirió una gran implantación en el norte y noreste de la Península. Le apoyaban la pequeña nobleza, el campesinado y parte del clero. Inicialmente, bajo la dirección del general Zumalacárregui, el carlismo tomó la iniciativa, e incluso llevaron a cabo expediciones que llegaron a las puertas de Madrid. Pero, por último, las partidas carlistas fueron obligadas a firmar el convenio de Vergara, que puso fin a la guerra.
b.    La implantación del liberalismo: como consecuencia de la Guerra Carlista, la regente María Cristina tuvo que contar con los liberales en el Gobierno. Al principio se apoyó en los moderados y promulgó el Estatuto Real, una carta otorgada. Pero en 1836 los progresistas accedieron al poder y redactaron la Constitución de 1837m que establecía la soberanía nacional y los derechos individuales y suprimía los últimos restos del Antiguo Régimen. Además realizo una desamortización de bienes eclesiásticos. Las diferencias personales entre María Cristina y el general progresista Espartero provocaron que este asumiese la regencia, que perjudicaba a la industria catalana, y su autoritarismo, evidenciado en el bombardeo de Barcelona, provocaron una amplia oposición en su contra que el obligó a dimitir.
                                          i.    Carta otorgada: texto constitucional que no surge de la voluntad popular, sino que es concedido por el monarca que conserva así su soberanía u autoridad.
c.    La época isabelina: en el año 1843, las cortes proclamaron la mayoría de edad de Isabel II, se fueron consolidado los fundamentos del Estado liberal.
                                          i.    Moderados: liderados por Narváez representaban a la alta burguesía.
                                        ii.    Progresistas: dirigidos por Espartero, agrupaban a la pequeña burguesía y a las clases populares.
                                       iii.    Etapas políticas:
1.    La década moderada (1844-1854): promulgaron la Constitución de 1845 que establecía la soberanía compartida entre la Corona y las Cortes y un sufragio muy restringido. Además, centralizaron la Administración y el cobro de impuestos elaboraron un Código Penal y crearon la Guardia Civil, para restablecer las relaciones con el papado.
2.    El bienio progresista (1854-4856): en el año 1854 tuvo lugar un pronunciamiento militar que llevó al poder a los progresistas organizado por O’Donnell. El nuevo Gobierno intentó restablecer la Constitución de 1837 y realizó reformas económicas, como una nueva desamortización, apoyo la construcción de ferrocarriles, las diferencias internas provocaron el retorno de los moderados.
3.    La crisis de la monarquía isabelina (1856-1868): del reinado de Isabel II se caracterizaron por la alternancia entre los moderados y la Unión Liberal. En este período surgieron nuevos grupos políticos, como los demócratas, partidarios del sufragio universal masculino y los republicanos. Se desarrolló una política exterior tendente a recuperar el prestigio nacional, intervenciones militares en Marruecos, en México y la Indochina.
4.    El sexenio democrático:
a.    La revolución de 1868: la falta de una auténtica democracia, la corrupción existente y el desprestigio de la Corona, firmaron el Pacto de Ostende para derribar a la monarquía. La coalición de progresistas, demócratas y republicanos propició la revolución de 1868, conocida como la Gloriosa. La sublevación de militares como Prim, Serrano y Topete. Se constituyó entonces un gobierno provisional dirigido por Prim y Serrano. Se promulgó la Constitución de 1869, que recogió el sufragio universal masculino y amplias libertades.
b.    La monarquía democrática (1871-1873): la Constitución establecía como forma de gobierno la monarquía. Hubo que buscar un rey, el elegido fue Amadeo de Saboya, hijo del rey de Italia. Al llegar a España, Prim había sido asesinado, el monarca hubo de enfrentarse a la oposición de amplios sectores políticos.
                                          i.    Moderados: defensores de Isabel II y de su hijo el príncipe Alfonso.
                                        ii.    Carlistas: que declararon una nueva guerra en el año 1872.
                                       iii.    Republicanos: que querían acabar con el régimen monárquico.
                                       iv.    Ante todo ello: en febrero de 1873, el rey renunció al trono y se abrió una nueva etapa en la que en España se proclamó la república.
c.    La Primera República: tras la abdicación de Amadeo I, las Cortes proclamaron inmediatamente la Primera República, división de los republicanos unitarios, partidarios de un Estado centralizado, y los federalistas defensores de la descentralización administrativa. En el período republicano se pueden diferenciar tres períodos.
                                          i.    República federal: los primeros gobiernos fueron dirigidos por Figueras y Pi i Margall. Se elaboró la constitución de 1873, que proclamo la soberanía popular, frente a numerosos problemas.
1.    Conflictos bélicos: Guerra de Cuba, Guerra Carlista.
2.    Oposición monárquica: los monárquicos, dirigidos por Cánovas del Castillo, conspiraban para promover el regreso de los Borbones.
3.    Inestabilidad social: representada por el creciente movimiento obrero y por el republicanismo radica, que impulsó el cantonalismo.
                                        ii.    República unitaria: el régimen republicano se orientó hacia posturas conservadores dirigido por los presidentes Salmerón y Castelar. Se produjo un golpe de Estado militar encabezado por el general Pavía.
                                       iii.    Directorio republicano: llevó al poder al general Serrano. Sin embargo, en diciembre de 1874 el general Martínez Campos realizó un pronunciamiento en Sagunto, y proclamó como rey de España al príncipe Alfonso, hijo de Isabel II:
5.    La restauración borbónica:
a.    El sistema de alternancia: el nuevo régimen se fundamentó en la Constitución de 1876, de carácter moderado, que estableció la soberanía compartida entre el rey y las Cortes, el carácter católico del Estado y unas cortes bicamerales. El modelo político se asentó en la alternancia pacífica entre los partidos conservador, liderado por Cánovas del Castillo, y liberal, dirigido por Sagasta. Este sistema, de apariencia democrática, produjo un período de estabilidad política, pero también favoreció la corrupción política y la adulteración, generalización del fraude electoral y el caciquismo. Los partidos se valían de la influencia de personajes destacados, denominados popularmente caciques.
b.    Los nacionalismos: el carácter centralista del nuevo Estado provocó la aparición de movimientos nacionalistas periféricos.
                                          i.    Cataluña: la burguesía urbana adquirió un carácter político, primero con la Unió Catalanista de Enric Prat de la Riba y más adelante con Lliga Regionalista.
                                        ii.    País Vasco: la abolición de los fueros tras la derrota del carlismo en el año 1876 dio origen a la creación del Partido Nacionalista Vasco. Fundado por Sabino Arana, ofreció una visión antiespañolista.
                                       iii.    Galicia: fue básicamente un movimiento cultural.

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